Es el dios de la guerra y patrón de la justicia. Su arma, una
lanza, también representa la justicia. Originariamente, era el dios más
importante entre los germanos, pero con el tiempo fue relegado por Odín, quien
pasó a ser su padre (aunque otra versión asegura que es hijo del gigante
Hymir). Es el más valiente de los dioses. Cuando Fenris, el lobo hijo de Loki,
creció demasiado y los dioses temieron que se hiciera incontrolable, decidieron
encadenarle, por lo que le dijeron que no sería capaz de liberarse si le ataban.
Fenris aceptó el desafío y, desafortunadamente para los dioses, consiguió
romper sus ataduras.
Tras esto, los dioses ordenaron a los enanos fabricar una cadena
mágica, Gleipnir, de una gran fortaleza a pesar de su delgadez. Fenris fue
nuevamente desafiado, pero desconfió de los dioses al ver que la cadena parecía
muy débil, y esta vez sólo se dejó atar si un dios ponía su mano dentro de su
mandíbula. Tyr fue el único que estuvo dispuesto, y cuando Fenris vio que no
podía liberarse, le arrancó la mano. A pesar de esto, Tyr alimentó y cuidó al
lobo encadenado, pues nuevamente era el único que se atrevía a hacerlo. En la
batalla del Ragnarok, Tyr matará a Garm, el perro guardián del reino de los
muertos, pero morirá por las heridas infligidas.
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